El terciopelo es una tela de origen indio cuya historia se remonta miles de años atrás.
Tejido velludo por el derecho y liso por el revés. Los hilos se distribuyen uniformemente, cortos y tupidos, dándole una suave sensación muy distintiva. Se puede hacer con cualquier fibra, algodón, seda, etc… y se teje en un telar especial.
El terciopelo de seda es el tipo más caro y elegante, suave y con una superficie brillante y el terciopelo de algodón destaca por su durabilidad.
A día de hoy se le sigue considerando una tela compleja de producir y por ello su precio sigue siendo elevado.
Una de sus características es el tornasol, por lo que hay que tener un especial cuidado al cortar, colocando todas las piezas en la misma dirección.
El terciopelo no se puede planchar y requiere de limpieza en seco.
En la indumentaria tradicional el terciopelo se utilizaba para confeccionar las prendas de abrigo y de mudar, pues al ser una tela costosa se le consideraba una mercancía de lujo, como la seda. Utilizado tanto para la indumentaria masculina, como para la femenina se pueden confeccionar con él jubones, mantillas, delantales, así como haciendo recortes con él para decorar con cenefas los refajos. En indumentaria masculina también se encuentra presente en multitud de prendas como jupas, calzones y chalecos entre otras.
Sin duda alguna el color negro era el más presente en la indumentaria tradicional, siguiéndole los colores oscuros, en cuanto a las clases populares se refieres, los colores brillantes eran más utilizados por las clases altas de la sociedad.