La chenilla es un tejido de hilo de pelo cortado que tejido en telar ofrece una textura cardada similar al terciopelo. Existen muchísimos tipos de chenilla teniendo en cuenta su composición, grosor y colores. La chenilla puede estar compuesta por 100% algodón, 100% poliéster, 100% rayón o bien mezclas de algodón y poliéster. También existen las chenillas de doble, estas son reversibles y pueden combinar diferentes colores y estampados.
Sus características más distintivas son:
- Aspecto aterciopelado
- Pelo cortado voluminoso
- Tacto suave
- Resistencia
- Abrigo
Las chenillas al igual que los terciopelos no se pueden planchar pues se aplasta el pelo y se marca la plancha con lo que pierde así su característica principal.
Los orígenes de este tejido son franceses y datados en el siglo XVIII, pero es en el siglo XIX cuando su producción se hace más popular. Este tejido es más famoso por su uso en el textil hogar pero a comienzos del siglo XX su uso para la indumentaria aumenta puesto que es un tejido más económico que el terciopelo y de gran belleza y resistencia.
Con las chenillas se pueden confeccionar chalecos, jupas y casacas, calzones, negrillas y pantalones en lo que a indumentaria masculina se refieres y jubones para la indumentaria femenina. Siendo las labradas las preferidas para la confección de chalecos o ajustadores y jubones, las lisas para jupas, casacas, calzones y negrillas y las listadas para pantalones del siglo XIX. Por ser un tejido grueso es ideal para prendas de abrigo. Puedes combinar diferentes colores y estampados para por ejemplo las solapas de un chaleco o la vuelta de un puño.